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Creciendo con amor
Creciendo con Amor, podría llamarse Adultos Presentes, Niños con Confianza. Porque de eso trata: de cómo el amor que necesitamos para crecer, es sin duda la presencia verdadera de quienes nos reciben y nos sostienen cuando somos niños. Entonces podemos confiar; en nosotros mismos y en el mundo que nos rodea.
Tanto Rudolf Steiner como Emmi Pikler, dedicados a los primeros años de la infancia, ponen el acento en el encuentro, en el vínculo que une al niño con el adulto que lo cuida reconociendo en el niño un impulso interno que quiere desplegar todas sus capacidades.
Este vínculo se enriquece cuando podemos entrar en sintonía con el niño, ser empáticos con él y podamos ponernos en su lugar y a partir de allí preparar el entorno que le ofrecemos y del cual somos parte. Hoy en día, en el vértigo del siglo XXI, esto es un gran desafío.
Tanto Rudolf Steiner como Emmi Pikler, dedicados a los primeros años de la infancia, ponen el acento en el encuentro, en el vínculo que une al niño con el adulto que lo cuida reconociendo en el niño un impulso interno que quiere desplegar todas sus capacidades.
Este vínculo se enriquece cuando podemos entrar en sintonía con el niño, ser empáticos con él y podamos ponernos en su lugar y a partir de allí preparar el entorno que le ofrecemos y del cual somos parte. Hoy en día, en el vértigo del siglo XXI, esto es un gran desafío.

Acompañando los primeros años
Acompañando los primeros años, una mirada respetuosa a la infancia, nos invita a transitar reflexiones y prácticas bien concretas que hacen a la vida cotidiana con los niños, ya sea en casa, o en espacios grupales; proponiendo siempre volver a mirarnos y redefinir nuestro rol de adultos en el acompañamiento de su desarrollo.
• El niño en el primer septenio, en especial en sus primeros años
• El sentido del cuidado de los sentidos
• Calidad de los cuidados, comunicación, seguridad afectiva
• Conquista del andar, hablar y pensar
• Movimiento autónomo y juego libre
• Ritmos saludables
• Límites
• Compartiendo la crianza
• Madurez escolar
Un escrito inspirado en la vida familiar, en la experiencia cotidiana de la vida en jardines maternales y de infantes, y en la acogida de niños en hogares o familias de tránsito.
• El niño en el primer septenio, en especial en sus primeros años
• El sentido del cuidado de los sentidos
• Calidad de los cuidados, comunicación, seguridad afectiva
• Conquista del andar, hablar y pensar
• Movimiento autónomo y juego libre
• Ritmos saludables
• Límites
• Compartiendo la crianza
• Madurez escolar
Un escrito inspirado en la vida familiar, en la experiencia cotidiana de la vida en jardines maternales y de infantes, y en la acogida de niños en hogares o familias de tránsito.

En el Jardin jugar es aprender
El jardín nos ayuda a entender que el mundo es bueno, y que la vida para los niños se vive mejor en el presente”. Con 27 años de experiencia como maestra Waldorf de Jardín de Niños, Helle Heckmann, percibe el jardín como un microcosmos que refleja al macrocosmos, en todas sus fases desde el nacimiento hasta la muerte y la resurrección expresándose a través del cambio de las temporadas. En este espacio al aire libre el niño de 1 a 6 años de edad aprende con todos sus sentidos, acerca de la vida, a través del contacto diario con tareas orgánicas y demandantes siempre en proceso de transformación. Un pequeño brote que crece gradualmente para ser cosechado y comido por todos o la oruga que sale de su capullo y se transforma en una mariposa en el verano.
El jardín es descrito en detalle en este libro como el lugar para ser cultivado por el maestro y el lugar donde el niño aprende. Observando al adulto trabajar y cuidar las plantas y los animales, el niño aprende sobre la vida a través de su propia experiencia porque imita los actos significativos del adulto en su juego. El adulto observa el juego del niño y gradualmente el jardín se construye y se transforma para ser el espacio que brinda el mejor marco para el desarrollo del niño. El jardín es descrito como un espacio vivo, orgánico, una caja de resonancia de los procesos que el niño experimenta y que lo preparan para salir a la vida, con un entendimiento profundo de sí mismo y de que pertenece a un mundo en el que puede activamente intervenir y, si lo desea, puede también construirlo y transformarlo.
El jardín es descrito en detalle en este libro como el lugar para ser cultivado por el maestro y el lugar donde el niño aprende. Observando al adulto trabajar y cuidar las plantas y los animales, el niño aprende sobre la vida a través de su propia experiencia porque imita los actos significativos del adulto en su juego. El adulto observa el juego del niño y gradualmente el jardín se construye y se transforma para ser el espacio que brinda el mejor marco para el desarrollo del niño. El jardín es descrito como un espacio vivo, orgánico, una caja de resonancia de los procesos que el niño experimenta y que lo preparan para salir a la vida, con un entendimiento profundo de sí mismo y de que pertenece a un mundo en el que puede activamente intervenir y, si lo desea, puede también construirlo y transformarlo.

Las cinco claves de oro
Helle Heckmann tiene muchos años de experiencia en el cuidado de niños pequeños acorde a los principios fundamentales que implican aspectos tales como: claridad, cuidado, establecer un buen marco y el adulto como un modelo digno de imitación. Con sus "cinco claves" ofrece una oportunidad única para la crianza del niño, describe de manera sencilla y práctica las necesidades de los niños pequeños, y cómo nosotros, adultos, podemos satisfacer esas necesidades de la mejor manera.
Un mensaje importante en este libro es buscar la simplicidad. Aprender a escu- char nuevamente nuestra propia intuición. Tenemos todas las respuestas dentro de nosotros; sólo tenemos que aprender a confiar en que son adecuadas. No necesitamos complicarnos al tener que cumplir con las muchas exigencias que intelectualmente tendemos a poner sobre nuestra propia paternidad o maternidad. Con calma, amor, tiempo y paciencia podemos crear el mejor entorno para el niño que nos ha elegido como su guía en la vida.
Nuestros hijos pequeños, permanecen con nosotros por un corto tiempo. Mientras el niño está a nuestro cuidado, debemos guiarlo a través de las distintas etapas de desarrollo lo mejor posible. Un buen comienzo es confiar en que la simplicidad es buena ya que ofrece paz y previsibilidad.
Un mensaje importante en este libro es buscar la simplicidad. Aprender a escu- char nuevamente nuestra propia intuición. Tenemos todas las respuestas dentro de nosotros; sólo tenemos que aprender a confiar en que son adecuadas. No necesitamos complicarnos al tener que cumplir con las muchas exigencias que intelectualmente tendemos a poner sobre nuestra propia paternidad o maternidad. Con calma, amor, tiempo y paciencia podemos crear el mejor entorno para el niño que nos ha elegido como su guía en la vida.
Nuestros hijos pequeños, permanecen con nosotros por un corto tiempo. Mientras el niño está a nuestro cuidado, debemos guiarlo a través de las distintas etapas de desarrollo lo mejor posible. Un buen comienzo es confiar en que la simplicidad es buena ya que ofrece paz y previsibilidad.

Educar en el asombro
¿Cómo lograr que un niño, y luego un adolescente, sea capaz de estar quieto observando con calma a su alrededor, capaz de esperar antes de tener, capaz de pensar, con motivación para aprender sin miedo al esfuerzo? Los niños crecen en un entorno cada vez más frenético y exigente que, por un lado, ha hecho la tarea de educar más compleja, y, por otro, los ha alejado de lo esencial. Para su éxito futuro vemos necesario programarlos para un sinfín de actividades que los están apartando del ocio de siempre, del juego libre, de la naturaleza, del silencio, de la belleza. Su vida se ha convertido en una verdadera carrera para saltar etapas, lo que les aleja cada vez más de su propia naturaleza. Muchos niños se están perdiendo lo mejor de la vida: descubrir el mundo, adentrarse en la realidad. Un ruido ensordecedor acalla sus preguntas, las estridentes pantallas saturan sus sentidos e interrumpan el aprendizaje lento de todo lo maravilloso que hay que descubrir por primera vez. Educar en el asombro es replantear el aprendizaje como un viaje que nace desde el interior de la persona, una aventura maravillosa facilitada por una consideración profunda de lo que reclama la naturaleza del niño, como el respeto por su inocencia, sus ritmos, su sentido del misterio y su sed de belleza.

Educar en la realidad
Nuestros hijos aprenden en clave de realidad. Para poder captarla, necesitan relaciones interpersonales, contacto con la belleza y motivos para actuar con sentido. Necesitan sensibilidad, empatía, espíritu atento. Sin embargo, en un mundo en el que las pantallas están cada vez más presentes, pueden padecer un déficit de realidad.
En ese sentido, la autora desvela con evidencias demoledoras una serie de mitos educativos y demuestra que la mejor preparación para utilizar las nuevas tecnologías de forma responsable tiene lugar en la realidad; es decir, que la mejor preparación para el mundo online es el mundo offline.
«Una vuelta a la sencillez, al sentido común y a lo humano. Un libro que remueve por dentro; ordena y simplifi ca lo que nos empeñamos en complicar tanto. Un llamamiento a la belleza de la realidad.» LOLES MENDOZA, directora de Relación con Inversores, Vocento
«La obra de L’Ecuyer invita a refrescar el protagonismo de los padres y de los maestros en la educación a través de la relación personal, la estimulación del esfuerzo motivado “desde dentro” del niño y volcado sobre lo real. Es un libro sugerente y comprometedor, que empuja a movilizar la imaginación y la disponibilidad de los adultos en la tarea educativa.» JUAN NARBONA, neuropediatra, Clínica Universidad de Navarra
«Un libro que rompe mitos y propone alternativas veraces y concretas para educar a nuestro hijos en general, pero también frente a las nuevas tecnologías.» GUSTAVO RON, guionista y director de cine
En ese sentido, la autora desvela con evidencias demoledoras una serie de mitos educativos y demuestra que la mejor preparación para utilizar las nuevas tecnologías de forma responsable tiene lugar en la realidad; es decir, que la mejor preparación para el mundo online es el mundo offline.
«Una vuelta a la sencillez, al sentido común y a lo humano. Un libro que remueve por dentro; ordena y simplifi ca lo que nos empeñamos en complicar tanto. Un llamamiento a la belleza de la realidad.» LOLES MENDOZA, directora de Relación con Inversores, Vocento
«La obra de L’Ecuyer invita a refrescar el protagonismo de los padres y de los maestros en la educación a través de la relación personal, la estimulación del esfuerzo motivado “desde dentro” del niño y volcado sobre lo real. Es un libro sugerente y comprometedor, que empuja a movilizar la imaginación y la disponibilidad de los adultos en la tarea educativa.» JUAN NARBONA, neuropediatra, Clínica Universidad de Navarra
«Un libro que rompe mitos y propone alternativas veraces y concretas para educar a nuestro hijos en general, pero también frente a las nuevas tecnologías.» GUSTAVO RON, guionista y director de cine

Los niños necesitan humanos, no máquinas
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