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El mundo real se aprehende "offline".

El Jardín está libre de pantallas y medios de reproducción tecnológica.

La música, la palabra, los cuentos, las historias, los diálogos,

todo es "orgánico", real, humano, sin la mediación de la tecnología electrónica.

Waldorf propone desde hace años lo que ahora los estudios científicos,

las sociedades de pediatría, la OMS y los profesionales que trabajan con la infancia

y los aprendizajes sostienen con evidencia en mano: durante la primera infancia,

especialmente al menos hasta los 3 años (momentos clave

en los que se da el andar-hablar-pensar), es sumamente importante y trascendente para el desarrollo futuro que los niños duerman mucho y bien, coman saludablemente, estén suficiente tiempo al aire libre,  tengan oportunidades de movimiento y juego libre dentro y fuera, escuchen cuentos, rimas y canciones, que los dispositivos electrónicos estén limitados al máximo y que estén rodeados de adultos centrados emocionalmente, dignos de ser imitados, que irradien confianza y coherencia.

Todos estos parámetros conforman la base de la pedagogía de los primeros 7 años de vida, porque no da igual cómo y cuándo se aprende: hay aprendizajes, que aunque aparentemente inocuos, acarrean graves consecuencias a mediano y largo plazo.

PANTALLAS Y LENGUAJE

Citando a Tamara Chubarovsky, 'el lenguaje no se aprende a través de las pantallas, sino con la interacción directa con otros seres humanos; con educadores, con familia, con padres, con todos los seres con los que hay una conexión afectiva, Se trata de que los niños, en la etapa de cero a seis años puedan desarrollar su lenguaje, porque es uno de los recursos más importantes que tenemos, y la base de todo nuestro desarrollo cognitivo, afectivo y comunicativo, de interacción social". 

Con una pantalla no puede el niño interactuar de verdad. Para que haya una buena comunicación también es necesario que se de un verdadero feedback de leer entre líneas, de percibir a nivel emocional lo que el otro me quiere decir.... pero la pantalla es tiempo pasivo; y todas las habilidades sociales, cooperativas e interactivas, están ausentes. 

VISIÓN, TECNOLOGÍA Y PROBLEMAS DE LECTURA

Cada vez más niños tienen problemas de lectura: la relación entre la creciente dificultad en la lectura (y aprendizaje en general) y su relación con la visión en la era tecnológica está ya bien establecida, 

El ojo no solamente debe ser capaz de ver nítidamente gracias a una buen acomodación y a la ausencia de patologías, además tiene que ser capaz de seguir el contorno de las letras, de enfocarlas, de atravesar la línea media (atravesar el espacio derecha-izquierda), tiene que poder estar relajado a la vez que activo.

Los niños se enfrentan cada vez a una mayor exposición a las pantallas, incluso desde bebés tienen acceso a móviles, tablets, TV, ordenadores... Esto se está reflejando en un incremento alarmante de los problemas oculares en edades cada vez más tempranas.

La tendencia es estar expuesto cada vez más tiempo y a pantallas cada vez más pequeñas, lo que supone claras consecuencias:

  • Tensión corporal, que produce dolores de espalda.

  • Menor movilidad del ojo, interfiriendo en el seguimiento ocular necesario para la lectura.

  • Menor parpadeo, produciendo sequedad, fatiga y molestia ocular, que interfiere negativamente en la lectura.

  • Dificultad en el ajuste binocular (convergencia), lo que dificulta la focalizar de la visión en un punto, acarreando problemas para la lectura y problemas de atención.

  • Inflexibilidad acomodativa, lo que conlleva problemas con el ajuste cerca lejos, que interfiere en la acción de copiar a distancia...

El hecho de que en las pantallas y sobre todo en internet, los estímulos sean cada vez más rápidos y variados, y que los niños tengan acceso fácil e inmediato al placer de la imagen reduce considerablemente la capacidad de atención e incrementa la irritabilidad. Sumado a los factores anteriores, vemos la influencia en el peor rendimiento escolar y menor capacidad de autocontrol y gestión de las emociones.

PELIGROS DE LA PREMATURA EXPOSICIÓN A PANTALLAS

Según variados estudios de optometristas es de enorme relevancia  tomar conciencia sobre los tiempos en que el ojo, como órgano en sí mismo, puede estar expuesto a la pantalla sin sufrir daños a medio plazo.

Recordemos que durante los primeros 6 años de vida el ojo está aún en proceso de maduración y es muy susceptible a influencias negativas.  

Las recomendaciones serían:

  • 0 a 3 años: nada de pantallas

  • 3 a 6 años: máximo una hora semanal

  • 6 a 12 años: máximo dos horas semanales

  • Mayores de 12 años y adultos, máximo dos horas diarias

¡La vista necesita movimiento!

El ojo necesita y se beneficia especialmente del movimiento al aire libre.

Para evitar alteraciones del ojo o la visión, se deben garantizar al menos 14 horas semanales de movimiento al aire libre.

La luz natural y las posibilidades de visión lejana y relajada contrarrestan los estímulos negativos.

El ojo (y el niño en general…) necesita de movimiento y experiencias reales y ricas sensorialmente.

VISIÓN Y LECTOESCRITURA

En la vista no solamente está implicado el sentido visual, sino también el sentido del movimiento propio.

Hoy día desde la integración sensorial también sabemos que un sentido vestibular (del equilibrio) inmaduro suele generar rigidez ocular. Sabemos que la falta de coordinación motriz y la presencia de reflejos primitivos incide negativamente en las habilidades oculares.

De esto deducimos que la falta de movimiento, sumado a los excesos de nuevas tecnologías, están produciendo grandes daños en la vista, tanto en el aspecto visual propiamente dicho (miopía, astigmatismo), como en los aspectos funcionales ligados al movimiento, como son la acomodación a las distancias, el seguimiento ocular y la convergencia, es decir, la focalización.

El conjunto de variables afecta enormemente al proceso lectoescritor y a la capacidad de atención y concentración. Un niño que no fija la vista correctamente será más susceptible de sufrir déficit de atención.

LAS PANTALLAS, OBSTÁCULOS PARA LA CREATIVIDAD

El exceso de dispositivos electrónicos lleva a una ausencia de imaginación, al aburrimiento y la apatía, antítesis de la necesaria creatividad que debe fomentarse con especial interés en esta fase del desarrollo infantil. 

Cuanto más recibo de fuera, menos me muevo yo. Si me llega todo regalado, si incluso desde bebés los niños son como turistas y todo el entretenimiento les viene de fuera, no se pone en marcha ni su propia voluntad ni su creatividad.

Quien lee un libro tiene imágenes propias que ha creado por sí mismo. Pero, incluso nosotros adultos, si luego vemos la película tenemos dificultades para volver a las propias imágenes; la película "nos las roba".

Y al revés: si vemos una película y luego leemos el libro ya no somos capaces de crear nuestras propias imágenes, volvemos a las que nos construyó la película...

El problema en los niños es que, en la etapa de desarrollo, se va bloqueando ese despliegue de imaginación y creatividad, porque nada puede reemplazar, como seres humanos, la conexión afectiva, la mirada, el vínculo o el movimiento corporal, el que yo interactúe de verdad con el niño, que lo mire y le cuente un cuento, para poder desplegar lo que se necesita desplegar en la infancia y que luego pueda ser un ser humano autónomo, creativo y libre.

OTROS EFECTOS RELEVADOS EN ALGUNOS ESTUDIOS

Junto con el consumo excesivo de pantallas se asocian falta de interés para relacionarse con otros niños,  dificultad en el control de impulsos, necesidad de recompensas instantáneas (cuesta practicar la   paciencia y comprender que la mayoría de las veces obtener una gratificación es algo que conlleva tiempo y esfuerzo). trastornos del sueño, irritabilidad, depresión, apatía. 

QUÉ PROPONEMOS

 

  • Las competencias necesarias para una vida con propósito y autonomía se cultivan mejor si practicamos una educación que se encuentra plenamente con las necesidades de desarrollo sano de los niños, que son fundamentalmente distintas en jardín, primaria, secundaria... Por eso sostenemos "la cosa correcta, en el momento correcto, del modo correcto".

  • Exponer a los niños a pantallas y dispositivos tecnológicos antes de que estén listos (alrededor de los 7 años) puede obstaculizar el desarrollo pleno de una corporalidad sana, hábitos saludables de auto-control, fluidez con las expresiones creativas y artísíticas y mentes ágiles. 

  • La alfabetización tecnológica -que es crucial en el siglo 21- se adquiere rápidamente a medida que los niños han desarrollado la madurez necesaria para comprender cómo, por qué y cuándo usarla como herramienta. 

 

Por todo esto, los jardines y escuelas Waldorf somos muy cuidadosos en la estructuración el ambiente para los niños, para que el asombro y la imaginación se desarrollen. 

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